jueves, 1 de noviembre de 2012

La Gran Tormenta de Saturno de 2011/Saturn's 2011 Great Storm



La nave espacial Cassini de la NASA ha rastreado las secuelas de una extraña y masiva tormenta en Saturno. Los datos revelan perturbaciones récord en la atmósfera superior del planeta mucho después de que disminuyeran los signos visibles de la tormenta, además de una indicación de que la tormenta era más fuerte de lo que los científicos pensaban previamente.
Los datos del espectrómetro infrarrojo compuesto de la Cassini (CIRS) revelaron que las poderosas descargas de la tormenta, aumentaron la temperatura en la estratosfera de Saturno 83º C por encima de lo normal. Al mismo tiempo, los investigadores del Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt (Maryland) detectaron un gran aumento de etileno gaseoso, cuyo origen es un misterio. El etileno, un gas inodoro, incoloro, no se suele observar en Saturno, y en la Tierra procede de fuentes naturales y artificiales.Este aumento energético sin precedentes de la energía se describe en un artículo que será publicado en la edición 20 de noviembre de la revista Astrophysical Journal. Según Brigette Hesman, autora principal del estudio, "para conseguir un cambio de temperatura de la misma escala en la Tierra, que iría desde las profundidades del invierno en Fairbanks, Alaska, a la altura del verano en el desierto de Mojave."
Detectada por primera vez por la Cassini en el hemisferio norte de Saturno el 5 de diciembre de 2010, la tormenta se hizo tan grande que su equivalente en la Tierra cubriría la mayor parte de Norteamérica de norte a sur y daría varias vueltas a nuestro planeta. Este tipo de perturbación gigante en Saturno suele ocurrir cada 30 años terrestres, o una vez cada año de Saturno.



No sólo fue ésta la primera tormenta de este tipo estudiada por una nave espacial en órbita alrededor del planeta, sino que también fue la primera que se observaba en el infrarrojo. Los datos infrarrojos del CIRS han permitido a los científicos medir la temperatura de la atmósfera de Saturno y rastrear fenómenos que son invisibles a simple vista.
Las mediciones de temperatura por CIRS, publicado por primera vez en mayo de 2011 puso de manifiesto dos enormes puntos de aire más cálido de lo normal brillando en la estratosfera, indicativos de una masiva liberación de energía en la atmósfera. Después de que los signos visibles de la tormenta comenzaran a desvanecerse, los datos del CIRS revelaron que las dos bolsas se habían fusionado. La temperatura de esta masa de aire se disparó a 220 K y el simultáneo aumento de etileno alcanzó su punto máximo con cantidades 100 veces superiores a lo que los científicos consideraban posible para Saturno.
Una publicación complementaria dirigida por Leigh Fletcher de la Universidad de Oxford, asociado al equipo de Cassini y publicada en Icarus describe cómo las dos bolsas se fusionaron para convertirse en el vórtice estratosférico más grande y más caliente jamás detectado en nuestro sistema solar, más grande que la Gran Mancha Roja de Júpiter.

A Cassini spacecraft image of the “Great Springtime Storm” that passed through Saturn’s atmosphere in 2010 and 2011. After the storm abated, astronomers found invisible signs that unrest was continuing. NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

NASA's Cassini spacecraft has tracked the aftermath of a rare massive storm on Saturn. Data reveal record-setting disturbances in the planet's upper atmosphere long after the visible signs of the storm abated, in addition to an indication the storm was more forceful than scientists previously thought.
Data from Cassini's composite infrared spectrometer (CIRS) instrument revealed the storm's powerful discharge sent the temperature in Saturn's stratosphere soaring 150 degrees Fahrenheit (83 kelvins) above normal. At the same time, researchers at NASA's Goddard Space Flight Center in Greenbelt, Md., detected a huge increase in the amount of ethylene gas, the origin of which is a mystery. Ethylene, an odorless, colorless gas, isn't typically observed on Saturn. On Earth, it is created by natural and human-made sources.Goddard scientists describe the unprecedented belch of energy in a paper to be published in the Nov. 20 issue of the Astrophysical Journal. According to Brigette Hesman, the study's lead author "to get a temperature change of the same scale on Earth, you'd be going from the depths of winter in Fairbanks, Alaska, to the height of summer in the Mojave Desert."
First detected by Cassini in Saturn's northern hemisphere on Dec. 5, 2010, the storm grew so large that an equivalent storm on Earth would blanket most of North America from north to south and wrap around our planet many times. This type of giant disturbance on Saturn typically occurs every 30 Earth years, or once every Saturn year.



Not only was this the first storm of its kind to be studied by a spacecraft in orbit around the planet, but it was the first to be observed at thermal infrared wavelengths. Infrared data from CIRS allowed scientists to take the temperature of Saturn's atmosphere and to track phenomena that are invisible to the naked eye.
Temperature measurements by CIRS, first published in May 2011, revealed two unusual beacons of warmer-than-normal air shining brightly in the stratosphere. These indicated a massive release of energy into the atmosphere. After the visible signs of the storm started to fade, CIRS data revealed the two beacons had merged. The temperature of this combined air mass shot up to more than minus 64 degrees Fahrenheit (above 220 kelvins), and the huge spike of ethylene generated at the same time peaked with 100 times more ethylene than scientists thought possible for Saturn.
A complementary paper led by Cassini team associate Leigh Fletcher of Oxford University, England and published in Icarus describes how the two stratospheric beacons merged to become the largest and hottest stratospheric vortex ever detected in our solar system. Initially, it was larger than Jupiter's Great Red Spot.

Tomado de/Taken from Science Daily

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